miércoles, 14 de marzo de 2012

HOOLIGANS EN ESCOCIA PARTE 5


Ultima entrega de esta apasionante reseña historica del hooliganismo en Escocia, disfrutenlo porque este es el que mas le entra al tema Celtic-R*ngers. Entregas anteriores [1][2][3][4]

Y si la hinchada del Celtic ha levantado la bandera del nacionalismo irlandés y el antifascismo, la hinchada de los Huns siempre se ha posicionado como un firme baluarte del lealismo unionista (“fenian” y “pope” son los insultos más habituales que se le dirige a la afición del Celtic). Postura que sostienen sus hooligans, la mayoría de sus aficionados de a pie y hasta, incluso, dirigentes del club: hasta 1989 sólo los protestantes podían ser jugadores, directivos o empleados del Rangers, norma que se rompió con Marice Johnston, jugador de origen irlandés, que tras su paso por Celtic y el Nantes francés fichó por el Rangers. La medida originó una enorme polémica (aún hoy en día no acallada) tanto en el seno del Rangers como de la afición del Celtic. La carrera de Johnston en el Rangers fue un calvario y tuvo que dejar el club.

Maurice Johnston
Sin embargo el caso que adquirió más relevancia mediática fue el del vicepresidente del Rangers, Donald Finlay. En mayo de 1999, el vicepresidente ‘blue’ Donald Finlay celebró con los jugadores la victoria en un Old Firm en un karaoke. Coincidió que un equipo del Daily Record estaba allí para grabar cómo entonaba canciones sectarias mientras alzaba, una tras otra, varias jarras de cerveza. El escándalo estaba servido y le costó su puesto en el club y una importante repercusión laboral en su prestigiosa carrera de abogado.

Fútbol, política y religión constituyen los tres condimentos con los que se cuecen a fuego lento las fobias de Escocia. Muchos periodistas han calificado al Old Firm como el derby más caliente del mundo y, desde luego, la historia no escatima ejemplos que ilustren su opinión. Incluso luctuosos. En 1971, una avalancha en las gradas de Ibrox Park se saldó con 66 muertos, una de las mayores catástrofes deportivas de Gran Bretaña. No constituye el único hecho negativo en el camino de este derby: “El Celtic-Rangers más violento de los que recuerdo se produjo en 1980”, rememora Hugh Keevans, redactor del Daily Record. “La policía tuvo que intervenir montada a caballo. A consecuencia de aquella final, el Gobierno prohibió la venta de alcohol en los estadios escoceses”, evoca Keevans.

Ciertamente, el odio se convierte en una sustancia inflamable cuando se mezcla con el alcohol. Por ello, desde hace una década, los cuatro Old Firm de liga -la SPL tiene cuatro vueltas- se disputan durante los mediodías dominicales. “Se trata de evitar que el público acuda borracho”, revela el analista deportivo de la BBC Check Young. Algo que se consigue en parte… Pues muchos aficionados acuden de empalmada, continuando en casas particulares la ingesta de alcohol cuando cierran los bares.

La globalización ha invadido el mundo del fútbol. El marketing, los derechos de televisión, los jugadores de países exóticos... ni siquiera la posibilidad de trasladar a Celtic y Rangers a la más jugosa Premier League inglesa ha conseguido suavizar un ápice el carácter extremo de su hostilidad. De cualquier modo, los habitantes de Glasgow saben que “The Old Firm” es así, caliente, visceral. Los componentes que lo convierten en un duelo primario y racial suponen al mismo tiempo el origen de su fuerza y su atractivo. Un derby con dos caras, paradójicas y opuestas. El colegiado escocés Hugh Dallas, se expresaba así en 1999 tras recibir un monedazo en un derby por parte del público del Celtic: “Tengo amigos en el mundo del arbitraje, como Collina, a los que les encantaría dirigir un Old Firm. Yo no lo dudaría: si tuviera que elegir entre arbitrar a las mejores estrellas del continente en la Champions League o un derby de Glasgow... me quedaría con nuestra propia batalla de gigantes”.


Escocia, como antes Inglaterra, no pudo evitar la influencia de la política en el seno de sus grupos hooligans y el desarrollo de la misma con el paso del tiempo. Sin embargo hay una salvedad en este aspecto que no se puede dejar al margen: la existencia de un grupo con unas claras connotaciones anti-fascistas. Obviamente estamos hablando de Celtic Soccer Crew.


No paso por alto que en los inicios de la cultura casual la influencia de posturas políticas de extrema izquierda o anti-fascistas estuvieron presentes; ni de igual forma obvio que miembros de diversas firms inglesas estuvieran vinculados a organizaciones anti-fascistas o de extrema izquierda. Esto es evidente. Pero en Inglaterra estas tendencias nunca han tenido una vinculación tan evidente y notoria como si ha ocurrido en Escocia con el grupo casual del Celtic de Glasgow.

Afín a esta tendencia política también se podría citar a cierto sector de la hinchada del Hibs, otro club fundado por emigrantes irlandeses en 1875. Su ejemplo cundió entre aficionados al fútbol de otras ciudades caso de Glasgow (para fundar el Glasgow Hibernian, orígenes del Celtic de Glasgow) o Dundee (donde se formó el Dundee Hibernian, origen del Dundee United). Paradójicamente el Hibernian FC fue el primer club “británico” en disputar la copa de Europa (en su primera edición de la temporada 1955-56) ya que los campeones de Inglaterra y Escocia declinaron su participación, llegando a semifinales.


Esta tendencia “histórica” no fue obstáculo para dar rienda suelta a un racismo primitivo cuando el Rangers fichó, en la década de los 80, a su primer jugador negro: Mark Walters. Los aficionados del Celtic de Glasgow, incluidos la Celtic Soccer Crew, recibieron al jugador negro Mark Walters con lanzamiento al césped de plátanos y gritos simiescos. Obviamente sus actuales integrantes harán gala de la falta de memoria histórica que suele caracterizar a determinados grupos… Pero eso ya es otra historia.


Su contrapartida la tenemos en el lealismo unionista que abandera Inter-City Firm del Glasgow Rangers, Casual Soccer Firm del Heart of Midlothian y sectores de Saturday Service del Motherwell y la firm unificada de los dos clubs de Dundee, la Dundee Utility Thugs (aunque paradójicamente uno de los clubs de Dundee fuese de origen católico irlandés).

Esta connotación política de algunas gradas escocesas es algo que tiene su reflejo en la acción política pura y dura, llegando, con el paso del tiempo, algunos integrantes de la escena Casual de Glasgow y Edinburgo a ser dirigentes de “segundo nivel” del British National Party, caso de David Kerr, Steve Cartwright (vinculados a la escena hooligan lealista del Glasgow Rangers) o Warren Bennett (vinculado a la escena hooligan de Edinburgo, en concreto a la CSF del Heart, que en su momento fue responsable de seguridad de los actos del BNP), algo hasta cierto punto normal pues es en estas localidades, junto a Aberdeen y Dundee, donde mayor fuerza tiene dicha organización. Tanto David Kerr como Warren Bennett se encontraban entre los miembros de la Scottish National Firm (SNF) que fueron expulsados de Francia durante el Mundial de 1998 cuando se dirigían a un enfrentamiento pactado con miembros de Aberdeen Soccer Casuals.


Esta connotación política de ciertos grupos escoceses ha deparado unos vínculos de amistad entre los que destacan los establecidos entre “Inter-City Firm” del Glasgow Rangers, “Headhunters” del Chelsea y “Section F” del Linfield norirlandés como la máxima expresión del lealismo unionista trasladado al fútbol.


Las vinculaciones al lealismo unionista no sólo se han traducido en el apoyo a partidos nacionalistas tales como el BNP o el NF, la simpatía por organizaciones paramilitares unionistas como el UVF, o por organizaciones neonazis como Combat 18, sino que incluso llevó a algunos integrantes de la escena hooligan a vincularse a grupos paramilitares unionistas durante los años 90. Paradójicamente el proceso, a día de hoy, es a la inversa: miembros de grupos paramilitares unionistas están canalizando su lucha política y la violencia a través del fútbol, como ya han puesto de manifiesto los servicios de inteligencia británicos con la presencia de ex - miembros de la UVF entre los integrantes del grupo hooligan “Section F” del Linfield FC.